Mejor respuesta:
Un troll, más allá de ser un personaje mendaz y falsificador que usufructúa el anonimato para expresar lo que jamás diría de frente, no sólo es un atractivo virtual que pretende divertirse.
Hay una revelación de psicopatías, una carga enorme de narcisismo, y una parte entre empática y extrovertida que utilizan para ser reconocidos y para seducir incautos o disimular su conflicto con la sexualidad.
Hay muchos estudios psicológicos de diversas fuentes y nacionalidades, que detallan sus conductas y los clasifican según sus actuaciones. He leído bastante, especialmente en bibliografías y legislaciones de España, Alemania y EE.UU.
Sin embargo, creo que todas se quedan cortas... Que no llegan a puntos cruciales.
Un troll es una fragmentación de un Todo que lleva una impronta biográfica, psíquica y estilística. Puede hacer mil intentos de alteración del Ego, de carácter, de cualidades. Pero no abandona su esencia ni sus manías, ni sus temores. Está marcado por su historia, se reitera cíclicamente, es manejable mediante halagos, se siente agobiado ante un simple bloqueo, guarda resentimientos añejos, compite todo el tiempo, es dominante , perverso, y tiene una imagen de sí mismo, que no es la que perciben los demás.
Ése es su trágico error.
Las artimañas de modificar o deformar ortografías, de utilizar un par de términos foráneos para que piensen que son de otra nacionalidad, son menudencias que jamás tapan un 'rastro'.
El estilo tiene métodos científicos de análisis, basados en otros parámetros de estudio e interpretación.
Una personalidad fragmentada, crea personajes para varios de sus 'pedazos' contrapuestos. El 'bueno', el 'odioso', el 'seductor', el alabancioso, el humilde, el abnegado, el 'enfermizo victimizado', el que crece en barra y se achica en soledad, el sentencioso, el simpático, el moralista, el que se permite la vulgaridad que se prohíbe sociamente para no ser repudiado; el stalker o perpetuo espía, el manejador que 'manda a hacer' lo que no se anima, el tramposo que busca fines de fraude por ganacias y queda a la intemperie y ridiculizado... y muchos más.
Algunos se ponen la lápida. Por ejemplo los inventores de relatos, los que se crean una personalidad y la van manteniendo por años, inventando nombres, datos familiares, anécdotas ficcionales, e historias dramáticas como de allegados ''fallecidos'' a los que mencionan como reales, y de donde sacan rédito por lástima.
Contestando la pregunta del enunciado:
NO ayudo a trolles que reconozco, detesto a los que aún siendo detectados, mantienen una postura de ''yo no soy''.
Contesto a cualquiera, cuando tengo ganas de decir algo, de divertirme, o de dejar una información correcta.
Pienso que cooperar con esa fragmentación detectada y nociva, es un daño para la persona real, que debe encauzarse terapéuticamente.
Y menos colaboro con los que piensan que no sé quiénes son...
Las cuentas que han sido declaradas públicamente como alternativas, las trato como válidas si son interesantes en sus aportes, muy creativas o conocedoras de una materia. No entiendo el desdoblamiento, pero las diferencio.
Tu pregunta, en alguna medida, es instructiva.
''¿Ayudarias a un trol a sentirse bien con su fragmento de personalidad si te lo pidiera.?'', pregunta de @anónimo
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